33 La Pasión de Cristo

Ficha nº 33

LA PASIÓN DE CRISTO

TEMA DE LA FICHA: Vivir la Semana Santa acompañando a Jesús durante su Pasión, cargando nuestras propias cruces y seguirlo. Que la Semana Santa sea un tiempo dedicado a fortalecer nuestra vida espiritual unidos a Jesús. Hacer una propuesta para vivir la Semana Santa acompañándolo a Jesús en su camino hacia el Calvario, cargar también nuestras propias cruces, y vivir la alegría de su resurrección.

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Oración de inicio: Los chicos designados previamente preparan, ambientan y guían este momento, usando como base la oración Nro 1 del Anexo.

10 CLAVES PARA ESCUCHAR CON FRUTO EL RELATO DE LA PASIÓN EN SEMANA SANTA

Objetivo: Preparar a los chicos para que comprendan y aprovechen el largo relato de la Pasión que se hace en la Misa del Domingo de Ramos y en la Celebración de la Pasión del Viernes Santo.

Alternativa: Éste mismo esquema de "10 claves" se puede usar para analizar con los chicos la película "La Pasión de Cristo" de Mel Gibson.

Prepará un cartel con cada uno de los títulos del texto guía y andá mostrando cada uno a su debido tiempo. Es mejor si además del texto colocan algún símbolo o figura ilustrativa.

Comenzar pasando la canción "Señor, ten piedad" del P. Fones.


1. La profecía

Leer con detenimiento Is. 42,1-13; el 49,1-9; el 50,4-11; el 52, 13 y el 53,12.
Es una profecía de todo lo que sucedió en la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo. Hay que señalar que se hace referencia al Justo, al que no tiene pecado, que derrama su Sangre por todos nosotros pecadores.

2. El dolor

No hay que quedarse solamente en el dolor físico. Hay que considerar también el tremendo dolor del alma de Jesucristo, sabedor del desprecio de su sacrificio de muchos hombres en ese momento y después. Es, sin duda, un dolor más doloroso y profundo que todas las heridas del cuerpo.

3. El pecado

Nuestros pecados personales, los míos, son la causa de la pasión de Nuestro Señor. Al escuchar el relato de la Pasión uno no puede quedar ajeno a ese sufrimiento y ha de reconocer que también nosotros herimos a Cristo. Es posible comprender un poquito el misterio de la cruz de rodillas, en la oración, pero también con las lágrimas. Es más, son precisamente las lágrimas las que nos acercan a este misterio. En efecto, sin llorar, sobre todo sin llorar en el corazón, jamás entenderemos este misterio. Es el llanto del arrepentido... 
 
4. El demonio

El diablo existe y nos tienta. Nos tienta con algo que aparece primeramente como bello. La manera más tremenda de tentar que tiene el demonio es quitando la esperanza. "Y cuando dirigimos la mirada a la cruz donde Jesús estuvo clavado, contemplamos el signo del amor, del amor infinito de Dios por cada uno de nosotros y la raíz de nuestra salvación. De esa cruz brota la misericordia del Padre, que abraza al mundo entero. Por medio de la cruz de Cristo ha sido vencido el maligno, ha sido derrotada la muerte, se nos ha dado la vida, devuelto la esperanza." (Papa Francisco)
 
5. La Eucaristía

Vale la pena escuchar la Pasión teniendo en cuenta que la Santa Misa, cada Misa, es el mismo sacrificio de la Cruz. Hay que unir lo sucedido en la Última Cena con el sacrificio del Calvario. Será lógico que nuestra participación o celebración de la Santa Misa sea más atenta, digna y devota.
 
6. La Virgen

La presencia de María Santísima es clave importante en la Pasión. Sólo se puede entender la Pasión con los ojos de María. Luego, habrá que sacar consecuencias para la propia vida. Siguiendo a María hay que disponernos a morir con Cristo; perdonar a todos; guardar la paz del corazón y animarnos a acudir más confiadamente a su intercesión. 

Para entrar en este misterio que no es un laberinto, pero se le parece un poco, tenemos siempre necesidad de la Madre, de la mano de la mamá. Que María nos haga sentir cuán grande y cuán humilde es este misterio.
 
7. Otros personajes

Hay muchos personajes que aparecen junto a Cristo. Cada uno de ellos tiene un comportamiento. Escuchar el relato de la Pasión tratando de identificarse con alguno, descubrir su actitud frente a Nuestro Señor. 

8. Los apóstoles

Detenerse también en la manera de actuar de los apóstoles. Llama la atención la actitud miedosa y pasiva ante el prendimiento y la Pasión de Cristo. Actúan como si no fueran discípulos y amigos de Jesús. Hemos de considerar que a pesar de ser débiles y tener muchos defectos, son los elegidos por Cristo como columnas de la Iglesia. Nos anima. Independientemente de las miserias humanas, creemos no por los apóstoles, ni por los sacerdotes, los obispos o el mismo Papa. Creemos por Jesucristo Nuestro Señor.
 
9. El Corazón sacerdotal de Jesús

Algunos quedarán sorprendidos al escucharlo que sucede luego de la lanzada en el costado de Nuestro Señor. Los expertos nos han asegurado que la retención de agua a lo largo de las horas de la pasión produce ese chorro de agua. Tiene además, una significación precisa. Del corazón de Jesús mana, como fuente, la Gracia, la Iglesia, los sacramentos. Medios que hemos de buscar para alcanzar la santidad. Una santidad que está en la vida ordinaria, en el trabajo bien hecho. Puede observarse la perfección del trabajo de Jesús en alguna escena y la alegría y el buen humor que se siguen de hacer las cosas como deben ser.
 
10. La Cruz

El Padre «dio» al Hijo para salvarnos, y esto implicó la muerte de Jesús, y la muerte en la cruz. ¿Por qué? ¿Por qué fue necesaria la cruz? A causa de la gravedad del mal que nos esclavizaba. La cruz de Jesús expresa ambas cosas: toda la fuerza negativa del mal y toda la omnipotencia mansa de la misericordia de Dios. La cruz parece determinar el fracaso de Jesús, pero en realidad manifiesta su victoria. En el Calvario, quienes se burlaban de Él, le decían: «si eres el Hijo de Dios, baja de la cruz» (ver Mt 27, 40). Pero era verdadero lo contrario: precisamente porque era el Hijo de Dios estaba allí, en la cruz, fiel hasta el final al designio del amor del Padre. Y precisamente por eso Dios «exaltó» a Jesús (Flp 2, 9), confiriéndole una realeza universal... La cruz de Jesús es nuestra única esperanza verdadera. Por eso la Iglesia «exalta» la Santa Cruz y también por eso nosotros, los cristianos, bendecimos con el signo de la cruz. En otras palabras, no exaltamos las cruces, sino la cruz gloriosa de Jesús, signo del amor inmenso de Dios, signo de nuestra salvación y camino hacia la Resurrección. Y esta es nuestra esperanza. (Papa Francisco)

Quien logre escuchar el relato de la Pasión intentando "meterse" como un personaje más, haciendo su oración personal y dejando que su corazón reaccione, logrará mucho fruto: concretará un cambio en sus actitudes; se decidirá a amar la cruz de cada día con alegría; tendrá verdadero horror al pecado, incluso el venial; buscará la protección maternal de María Santísima contra las insidias del demonio y saldrá de la celebración lleno de alegría, pues Cristo Nuestro Señor, ha resucitado y vive entre nosotros esperando que cada uno sea un testigo coherente de su Vida y Mensaje.

Consigna: Distribuir los 10 carteles entre los chicos y que detrás de cada cartel vayan escribiendo colaborativamente una oración a Jesús. Todos los carteles deben pasar por todos los chicos, para que cada uno aporte. Mientras hacen esto se reproduce la canción "Delante de tu cruz" de Comunidad Católica Shalom.



Meditación: Los misterios dolorosos

Rezar los misterios dolorosos con cantos. Usar como guía la grabación de Athenas:


Oración final: Demos el paso

Esta oración es bueno hacerla en forma responsorial. Se distribuye entre varios chicos la lectura y después todos responden: "¡Ayúdanos a dar el paso!"

Lector 1:

Jesús, maestro, amigo, compañero,
te seguimos:

R: ¡Ayúdanos a dar el paso!

Lector 2:

Como Pedro, Andrés, Juan y Santiago.
Que no dudemos
y seamos capaces de dejarlo todo
para ponernos en camino tras tus huellas,
en seguimiento activo, ofreciendo la vida,
dando lo mejor de nosotros
para que otros puedan vivir mejor
y llegue el Reino.

R: ¡Ayúdanos a dar el paso!

Lector 3:

Como María, la madre, nuestra madre.
Que aprendamos a decir con ella
"Aquí estoy Señor
que se haga en mi, tu voluntad".
Que no seamos mezquinos,
que entreguemos la vida entera
y la ofrezcamos para encarnar a Jesús
en la historia y la realidad de nuestros días.

R: ¡Ayúdanos a dar el paso!

Lector 4:

Como Zaqueo,
que no dudó y cambió su vida
cuando tú le saliste al encuentro.
Que aprendamos a compartir nuestros bienes,
don de Dios para provecho compartido
y no para egoísta acumulación
que mata y aleja del Reino.
Que aprendamos a revisar nuestra vida,
a reconocer nuestros errores,
a comprometernos en la conversión permanente,
a demostrarlo con gestos y hechos cotidianos.

R: ¡Ayúdanos a dar el paso!

Lector 5:

Como la viuda en el Templo,
sencilla, humilde,
que supo dar de corazón lo que poco que tenía.

R: ¡Ayúdanos a dar el paso!

Lector 6:

Como las mujeres que acompañaban a Jesús.
Fieles, cerca de la cruz,
cuando los demás habían huído
y Jesús moría solo y abandonado.
Que nos mantegamos fuertes en la fe,
firmes en la esperanza,
activos en el amor concreto.
Que no reneguemos de nuestras convicciones
en los momentos difíciles.
Que aprendamos el camino de la cruz
para ser fieles a los planes de Dios.

R: ¡Ayúdanos a dar el paso!

Lector 7:

Como los discípulos de Emaús.
Que aprendamos a reconocerte,
cuando caminas a nuestro lado,
explicándonos las cosas que suceden
desde la mirada de Dios,
ayudándonos a discernir
y encontrar cómo vivir mejor
el evangelio en nuestros días.
Que sepamos dar la vuelta en el camino,
si es necesario, para anunciar
tu presencia viva a los demás.
Que cambiemos nuestros planes y proyectos
si Dios irrumpe en nuestra vida
con propuestas y horizontes nuevos.

R: ¡Ayúdanos a dar el paso, Señor!

Lector 8:

Ayúdanos a vivir la Pascua
Muéstranos qué cosas de nuestra persona,
de nuestra mentalidad,
de nuestra manera de vivir,
deben morir para cambiar y ser nuevas.
Que demos el paso liberador, comprometido,
de vivir anunciando tu Resurrección
con la práctica de una vida nueva,
guiada por la justicia y la solidaridad cotidianas.

R: Amén.

(Autor: Marcelo Murúa)

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