23-24 El pecado en general

Fichas 23-24

EL PECADO EN GENERAL


TEMA DE LAS FICHAS: Ver al pecado como una rechazo de la gracia del amor de Dios. Reconocer nuestros pecados e incitar a la conversión por medio del sacramento de la Reconciliación.

Esta ficha se complementará con las fichas acerca de la reconciliación, ya que no debemos quedarnos en el pecado sino ir a lo más importante, a la misericordia de Dios.

Ficha 23

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Dinámicas de barro (parte 1)

El objetivo de estas dinámicas es representar el pecado con el barro. El barro ensucia, tapa, corrompe, luego se va secando y es difícil sacarlo. El agua se utiliza para sacar el barro, y el agua en este caso puede significar al Espíritu Santo, que es la que borra el pecado y también repara sus efectos en nuestras vidas (ver Ez 36,25-27).

Estas dinámicas relacionan dos cosas inseparables: pecado y reparación. Al hacer la continuación de estas dinámicas luego, en el encuentro sobre la reconciliación, se usará el agua para sacar el barro y así se explicará la reparación.

Hay varias maneras de hacer una dinámica usando esta idea. Estas son algunas.  

Antes de la dinámica el catequista deberá tener preparado un recipiente con barro (tierra + agua).

Opción 1: 

Uno de los objetivos de esta dinámica es representar la Pasión de Cristo. Para esta dinámica hay que usar no sólo el barro sino una imagen de Jesús, el rostro de Jesús impreso en un tamaño lo más grande posible, forrado en papel contact transparente o también se puede colocar en un portaretrato.  

Preparación: Ambientar el salón, apagar las luces, poner velas, poner música de fondo ("Necesito de tu amor" de Pascua Joven), etc. Buscar unas imágenes del rostro de Jesús que puedan ser copiadas y agrandadas para crear un cartel.


1) Invitá a cada uno de los chicos a que agarre un poco de barro y vaya a ensuciar la imagen de Cristo.

2) Provocá una reflexión individual acerca de la dinámica con las siguientes preguntas: ¿Qué sintieron cuando embarraron la imagen de Jesús? ¿Qué significa el barro? ¿Qué significa lo que hicieron?

3) Luego invitá a los chicos a reflexionar sobre sus pecados, a mirarle la imagen embarrada de Jesús. Habláles de que el barro significa nuestro pecado, como tirar barro a la imagen divina de Jesús. Es lo que paso el momento de la Pasión de Cristo, en el camino al calvario. Nosotros somos la gente que humillaba, escupía, maldecía a Jesús. Así se encuentra representado nuestro pecado en el Evangelio (Estudiar CIC 598). Un pecado equivale ensuciar la imagen de Dios.

El barro también va a quedar en sus manos, ensuciándolos. Esto te dará pie para hablarles sobre el pecado en la vida de cada uno, todos los días.

4) Lectura de la Palabra: Leer Jn 19,1-18

5) Preguntas:

  • ¿Qué es el pecado? (Estudiá CIC 1849-1850)
  • ¿Cuáles son los pecados más comunes que cometen los chicos y chicas de tu edad? (Estudiá CIC 1852-1853)
  • ¿Crees que son conscientes cuando pecan?
  • ¿Cómo te imaginás que viven el después? ¿Qué te parece que sienten ahí?

Final: El rostro de Jesús, tapado por el barro, queda así hasta el encuentro sobre la reconciliación, en el que se limpia el rostro de Jesús para representar la reparación y la misericordia de Dios. Es importante notar que el barro, a medida que se va secando, se va fijando en la imagen.  Y así, con el tiempo, va a resultar más difícil sacarlo.

Opción 2:  

Esta alternativa representa más bien el pecado, no ya en la Pasión, sino como algo que va a ensuciar nuestros propios corazones, por nuestra propia decisión, nuestro pecado va a impedir que veamos a Jesús y la misericordia y amor que tiene para nosotros. 

Preparación: El pecado se representa como una tirada de barro a una ventana, por donde entra luz. De esta manera vamos a necesitar usar una ventana que dé al exterior, y que sea de día. Del otro lado de la ventana se puede poner una imagen de Jesús también (pero medio alejada de la ventana cosa que entre luz). La imagen de Jesús podría ser por ejemplo la de Jesús misericordioso o la del Sagrado Corazón, de donde brota la gracia y la vida.

1) Comenzá hablando acerca del pecado en nuestras vidas, nuestros pecados cotidianos. Esto puede ser planteado en común. Se invita a los chicos a que piensen en sus pecados más repetidos y también en los más graves aunque no sea hayan repetido. Cada uno de esos pecados va a ser como una tirada de barro a una ventana.

2) Invitá a los chicos a que agarren un poco de barro y llenen la ventana de barro.

3) Ayudá a los chicos a que empiecen a sacar sus propias conclusiones. Algunas preguntas para ayudarlos a reflexionar:  ¿Qué significa el barro? ¿Qué significa lo que hicieron?

4) Invitálos a reflexionar sobre el pecado y cómo oscurece nuestra inteligencia y obstruye nuestra libertad. Como oscurece, opacar la luz de Dios en nuestras vidas y de esta manera nos hacer ser menos libres en nuestros actos. Cada vez que lo repitamos, va a costar más sacar el pecado en nuestras vidas, vamos a ir haciendo de ese pecado un vicio (Estudiar CIC 1865-1866 y 1876).

5) Ayudálos a profundizar sobre esto, con las siguientes preguntas:

  • ¿Qué es el pecado? (Estudiá CIC 1849-1850)
  • ¿Cuáles son los pecados más comunes que cometen los chicos y chicas de tu edad? (Estudiá CIC 1852-1853)
  • ¿Crees que son conscientes cuando pecan?
  • ¿Cómo te imaginás que viven el después? ¿Qué te parece que sienten ahí?

6) Hay varias conclusiones que puedés sacar para finalizar la dinámica, como por ejemplo las siguientes:

  • El pecado oscurece, saca la luz que viene de Cristo.  
  • El pecado nos aparta de Jesús.
  • El pecado impide que veamos con amor a Cristo, que nos veamos con amor a nosotros mismos y que podamos ver con amor a los que nos rodean.
  • El pecado es un acto libre de nuestra parte, nosotros elegimos hacerlo. (Estudiar CIC 1853, 1859 y 1874)
  • El pecado nos va haciendo menos libres, nos va enviciando. 
  • El pecado, como el barro si se queda mucho tiempo, se va quedando firme y cada vez va a ser más difícil sacarlo. 
  • Así como es posible limpiar el barro si recurrimos al agua, es posible purificar nuestros pecados con la acción del Espíritu Santo en el sacramento de la Confesión.

Final: La ventana queda con barro hasta el encuentro sobre la reconciliación en el que se va a lavar el barro con agua.  

Opción 3:

Preparación: El pecado se representa como el barro que ensucia y que es difícil sacar. Prepará una palangana o balde con barro.  

1) Cada uno de los chicos va a meter las manos en el balde. 

2) Haceles notar que todos tienen las manos sucias y preguntáles qué significa esto?  

3) Se hace una puesta en común comparando el barro con el pecado. Hacéles reflexionar sobre que el pecado ensucia, es difícil de sacar, vamos ensuciando también todo lo que tocamos, etc.  

4) Llevar la dinámica a lo concreto:

  • ¿Qué es el pecado? (Estudiá CIC 1849-1850)
  • ¿Cuáles son los pecados más comunes que cometen los chicos y chicas de tu edad? (Estudiá CIC 1852-1853)
  • ¿Crees que son conscientes cuando pecan?
  • ¿Cómo te imaginás que viven el después? ¿Qué te parece que sienten ahí?

5) Sacar conclusiones acerca de lo que es el pecado, la cadena de mal que genera, etc.

6) Luego cada uno se va a lavar las manos con agua representando la reconciliación, con el agua que significa la gracia con se borran nuestros pecados en el sacramento de la Confesión.
 

Opción 4:

Esta opción es muy similar a la primera, pero en vez de usar barro, se usan los papelitos que se usan para dejar notas (post-it). 

Preparación: Debes conseguir una imagen de Jesús en un tamaño grande, como del tamaño de una cartulina, o más grande si puedes. La imagen de Jesús puede ser la de Jesús Misericordioso o la del Sagrado Corazón. Sería ideal que la imagen esté forrada con contact o esté debajo de un vidrio para que cuando los chicos despeguen los cuadraditos no se rompa el papel.

1) Al principio se entregan 10 papelitos de distintos colores a los chicos. Cada uno debe anotar en cada uno de esos papelitos el nombre de algún pecado que se les ocurra

2) Invita a los chicos a cubrir la imagen de Jesús pegando con cinta scotch los papelitos.

3) Luego se hace una puesta en común similar a la de la dinámica anterior, resaltando los distintos pecados que escribieron. 

4) Preguntáles, de esos que escribieron, cuáles son los pecados comunes de los chicos de su edad y cómo por esos pecados van escondiéndolo y apartándolo a Jesús de sus vidas.

5) Luego vos catequista podrás hablar sobre el pecado. Sería ideal que los chicos hagan una reflexión individual también.


Dinámica: Los mandamientos que no se cumplen

Objetivo: Que los chicos descubran que los mandamientos contienen mucho más de lo que creen, y que rompen los mandamientos con mucha más frecuencia de lo que piensan. Hacerles pensar sobre sus pecados concretos, aquéllos que realizan cotidianamente casi sin darse cuenta. Ayuda a formar la conciencia (Estudiar CIC 1783-1785) para hacer el bien y evitar el mal (Estudiar CIC 1706 y 1776).

1) Se divide el grupo en grupitos de 3 o 4 integrantes. También se puede hacer en forma individual esto, no hay fórmulas cerradas.

2) Se entrega a cada equipo o a cada chico una lista de los 10 mandamientos.  Cada equipo tendrá asignados 2 ó 3 mandamientos. Sobre estos mandamientos tienen que hacer una lista de actitudes que los incumplen.   

Dinámica: El pecado en nuestros ámbitos

Objetivo: El objetivo es tomar conciencia del pecado en nuestras vidas y cómo nos afecta. No es para juzgarnos y juzgar a los demás, sino para incentivar un cambio, una conversión, en nuestras vidas. El primer paso para hacer el bien es reconocer el mal.

Preparación: Vos catequista escribí en el pizarrón los distintos ámbitos en nuestras vidas para que los chicos puedan pensar mejor los pecados y males más comunes en la totalidad de sus vidas.  Ejemplo: colegio, casa, salidas, vacaciones, Iglesia, deporte, solos, etc.

Preguntas: ¿Cuáles son los pecados más comunes de los chicos y chicas de su edad según los lugares donde están? (Estudiá CIC 1852-1853) ¿Por qué suceden? ¿Cómo se encubren esos pecados? ¿Qué consecuencias tienen en nuestras vidas y para nuestro futuro? ¿Cómo es nuestra actitud frente a esos males? ¿Toleramos, colaboramos, nos oponemos, bajamos los brazos, ayudamos a salir de esa situación, etc? (Estudiá CIC 1867-1869)


Ficha 24

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Dinámica: Valentía para liberarnos del pecado

Esta dinámica se hace con el cuento "La mano derecha", del P. Mamerto Menapace, que encontrarán abajo. Puedes entregar a los chicos la siguiente guía para que la hagan en grupitos reducidos, o en forma individual.  

El cuento se relaciona con la esclavitud del pecado. El pecado oscurece nuestra inteligencia y obstruye nuestra voluntad a tal punto que nos va despojando de nuestra libertad (Estudiar Papa San Juan Pablo II, RP 16). El pecado genera una cadena de males que atenta contra nuestra naturaleza y afecta no sólo a nosotros mismos sino también a los demás. Lo mejor es darse cuenta a tiempo de los pecados que nos atan y salirnos de esa situación recurriendo a Dios.

1.  Lectura

Realizar la lectura del cuento en grupo. Se pueden ir turnando dos o tres personas para leer el cuento en voz alta.

2.  Rumiando el relato

Al terminar la lectura entre todo el grupo se reconstruye el relato en forma oral (se lo vuelve a contar).

  • ¿Quién es el protagonista del relato?
  • ¿Qué trampa le tienden y por qué?
  • ¿Por qué cae el zorro en la trampa? 
  • ¿Cuál sería la consecuencia de su imprudencia? ¿Qué decide hacer? 
  • ¿Qué enseñanza ofrece el autor al final del cuento?

3.  Descubriendo el mensaje

El cuento nos ayuda a reflexionar sobre las cosas que nos "atan" en la vida y nos esclavizan haciéndonos perder la libertad.

¿Alguna vez viviste alguna experiencia semejante a la que relata el cuento?

Observa y releé las actitudes del zorro antes de caer en la trampa… ¿qué cosas nos pueden hacer caer en la vida?

¿Qué decisión toma el zorro cuando ve que perderá la vida? ¿Alguna vez tuviste que tomar decisiones parecidas en tu vida? ¿Hay alguna situación que te atenaza como una trampa y te hace perder tu libertad?

¿Qué mensaje nos deja el cuento? ¿Qué tiene que ver todo esto con la experiencia del pecado?

¿Recuerdas alguna frase de Jesús relacionada con el mensaje del cuento?

4.  Iluminación de la Palabra: 

Proclamar Mt 18,8-9.  

5.  Compromiso para la vida

¿Cómo puedes aplicar el Evangelio a tu vida?

Que el grupo sintetice en una frase el mensaje del Evangelio para nuestra vida.

6. Oración

Terminar con la siguiente oración (pueden ir repitiendo):

Señor, dános valentía para cambiar y liberarnos de las cosas que nos atan en la vida. Ser fiel a tu palabra y a tus enseñanzas nos cuesta mucho… pero es la única manera de ser libre de verdad. Danos fuerzas, Señor, para dejar lo que nos hace esclavos y cambiar para vivir mejor. Que así sea.

Fuente: www.buenasnuevas.com.ar

La Mano Derecha

por P. Mamerto Menapace

Este es un cuento de bichos. Y trata de Aguará, el Zorro. Don Juan, como se lo llama en el campo. Personaje lleno de astucia, y por demás aficionado a los gallineros. Pero que no deja así nomás el cuero en la estaca. Aunque a veces el hambre lo lleva a cometer imprudencias, que suele pagar caro.

Se la tenían jurada en la estancia a Don Juan. Sabían que era inútil buscarlo entre las pajas bravas del cañadón, una vez que allí se ganaba. También hubiera sido de gusto buscarlo con perros de día. Los olía de lejos y cualquier cueva le servía de escondite para desaparecer. De ahí que decidieron ganarle por la astucia. 

Conocían su preferencia por los animales que llevan pluma, sobre todo cuando están gordos y alejados de la defensa normal de los gallineros cercanos a la casa.

Y así fue que le armaron la trampa. Le ataron una gallina viva y gorda a media altura, enredándola en un alambre, entre los gajos no muy altos de un naranjo viejo. Todo parecía haber sucedido de casualidad. La gallina podría haberse alejado de la casa habitada y la noche la sorprendería picoteando en el patio lleno de yuyos en el rancho viejo. Allí se habría subido al naranjo para dormir a seguro, y un alambre quizá de cuánto tiempo olvidado, la habría enganchado quedando entregada para los dientes del zorro.

Al menos esa fue la conclusión a la que llegó el Aguará luego de estudiar desde la distancia y con cautela la situación con la que se encontró aquella nochecita. El hambre lo había sacado del pajonal, y antes de arriesgar una cercanía al gallinero había querido pasar por aquel lugar para averiguar el ruido del aleteo de lo que podría ser un ave. No se dejó convencer muy fácil. Pero al fin el hambre por un lado, y su instinto de cazador solitario por el otro, lo animaron a acercarse. Y lo que vio le confirmó sus esperanzas. La gallina estaba al alcance de sus saltos, y de ninguna manera había allí arriba nada que se pareciera a una trampa. Tenía suficiente experiencia como para conocer dónde había peligro. Y la gallina estaba realmente apetitosa.

Dios ayuda al que madruga, se dijo, sin percatarse de que otro había madrugado antes que él. De esto se dio cuenta recién cuando al segundo salto, y casi teniendo ya el ave entre sus dientes, al caer a tierra sintió el ¡trac! De la trampa de hierro que estaba escondida entre los pastos del suelo.

Eso no se lo había esperado. ¡Maldita gula, que lo llevó a descuidarse! La trampa no estaba entre las ramas, sino donde había puesto la pata. O mejor la mano. 

Porque la pinza de hierro con dientes herrumbrados, había agarrado su mano derecha justo por arriba de la muñeca. La sangre comenzó a chorrear y el frío inicial se fue convirtiendo en un agudísimo dolor que le acalambraba todo el cuerpo. Fueron inútiles los esfuerzos. Los dientes penetraban cada vez más en la coyuntura, y la trampa estaba amarrada con alambre al tronco del árbol.
Bien pronto Don Juan, el Aguará, comprendió que todo estaba perdido. De allí no se soltaría, ni podría llevarse aquella maldita trampa a su cueva. Luego de una noche de dolores tremendos, llegaría la madrugada y con ella el peón recorriendo al trotecito de su caballo. Abriría desde arriba la tranquera, se acercaría al rancho, se bajaría del caballo con un palo en la mano para sacudirle de un golpe que lo despenaría definitivamente. De todo esto no le cabía la menor duda. 

Aunque a veces el dolor y su instinto de conservación lo llevaban a realizar desesperados esfuerzos por arrancar su mano derecha de la dentadura de fierro que lo atenazaba.

Y llegó la madrugada. El golpe del cierre sobre el travesaño de la tranquera lo despertó del letargo. Allí estaba el peón acercándose al trotecito con su caballo. 

Don Juan se dio cuenta de que había llegado el momento decisivo. Había que optar. Y optó.

Arrimó con rabia sus afilados dientes a los dientes de hierro de la trampa, afirmándolas justo allí sobre la herida que producían. Cerró los ojos, y a la vez que daba un tremendo tirón, mordió con todas sus fuerzas su propia mano, cortándosela a ras del hierro.

Allí quedaría su mano derecha, mientras él, en tres patas y casi sin fuerzas, huía hacia los pajonales salvando así su vida.

Consideró preferible salvar la vida rengo, que terminar con sus cuatro patas bajo el talero del peón.
 

Dinámica: Los dos reinos

Preparación: Dividí a los chicos en 4 grupos.

Desarrollo: El objetivo de esta dinámica es que los chicos elaboren dos dibujos, uno de "El reino de Dios" y otro de "El reino del pecado". 

El dibujos tiene que cumplir las siguientes condiciones:

Condición 1: En el dibujo de "El reino del pecado" tienen que reflejarse 1 o más de estas 3 definiciones de pecado:

  • El pecado es faltar al amor verdadero para con Dios y para con el prójimo, a causa de un apego perverso a ciertos bienes. 
  • El pecado es una desobediencia, una rebelión contra Dios por el deseo de hacerse “como dioses”, pretendiendo conocer y determinar el bien y el mal (Gn 3, 5). 
  • El pecado es “amarse a sí mismo hasta despreciar a Dios” (Cf. San Agustín, La Ciudad de Dios, XIV, XXVIII). (CIC 1849-1850).

Condición 2. En el dibujo de "El reino del pecado", tiene que reflejarse la situación de los 2 textos bíblicos que le toca a cada grupo:

Condición 3. El dibujo de "El reino de Dios" tiene que expresar el siguiente texto basado en San Agustín:
 
Dos tipos de amores dieron origen a dos reinos: el amor de los que se aman a sí mismos hasta despreciar a Dios, dio origen al reino del pecado; y el amor de los que aman a Dios hasta despreciarse a sí mismos, dio origen al reino de Dios:
  • Los del reino del pecado se glorían en sí mismos; los del reino de Dios se glorían en el Señor. 
  • Los del reino del pecado piden a los hombres la gloria; la mayor gloria de los del reino de Dios está en tener a Dios como testigo de su conciencia.
  • Los del reino del pecado se engríen en su gloria; los del reino de Dios dicen a su Dios: "Gloria mía, Tú mantienes alta mi cabeza" (Sal 3,4). 
  • Los del reino del pecado están dominados por la ambición de dominio en sus príncipes o en las naciones que someten; los del reino de Dios se sirven mutuamente en la caridad: los superiores mandando y los súbditos obedeciendo. 
  • Los del reino del pecado aman su propia fuerza en los poderosos; los del reino de Dios le dicen a su Dios: "Yo te amo, Señor; Tú eres mi fortaleza" (Sal 17,2).
  • Los del reino del pecado, viviendo según el hombre, buscaron los bienes de su cuerpo o de su espíritu o los de ambos; y pudiendo conocer a Dios, "no lo honraron ni le dieron gracias como a Dios, sino que se desvanecieron en sus pensamientos, y su necio corazón se oscureció. Pretendiendo ser sabios, exaltándose en su sabiduría por la soberbia que los dominaba, resultaron unos necios que cambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes de hombres mortales, de pájaros, cuadrúpedos y reptiles (pues llevaron a los pueblos a adorar a semejantes simulacros, o se fueron tras ellos), venerando y dando culto a la criatura en vez de al Creador, que es bendito por siempre" (Rm 1,21-25). Para los del reino de Dios, en cambio, no hay otra sabiduría en el hombre que una vida religiosa, con la que se honra justamente al verdadero Dios, esperando como premio en la sociedad de los santos, hombres y ángeles, "que Dios sea todo en todas las cosas" (1Cor 15,28).
Plenario: Cada grupo presenta y explica su dibujo. Después de cada presentación, se reza una vez el "Padre nuestro", pidiendo que seamos del Reino de Dios.

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